Yo no soy la que pierde.

Yo no soy la que pierde.

Yo lo he dado todo, hasta lo que no tenía. Te he entregado mi alma, mi corazón y mi cuerpo, te lo he dado todo para que lo utilizases para reconstruirte. 

Pero yo no he perdido.

Tú te has marchado, te has ido con la idea de que un día podrás volver, cuando me vuelvas a necesitar para reconstruirte.

Pero yo no he perdido.

Me he dado cuenta de lo que significó para ti, me he dado cuenta de la importancia que tengo para tí. 

No he perdido nada porque nunca te tuve. No he perdido nada porque yo sigo siendo yo, porque aunque te entregué mi corazón sigo teniendo estómago, porque aunque te entregué mi alma sigo teniendo pulmones con los que respirar aliviada.

Yo sigo siendo yo con un corazón que digiere las decepciones.

V.