Culpable.
Lo han vuelto a hacer. Te han roto, poco a poco esta vez. Como esa figurita de cerámica que se agrieta y con el tiempo se acaba rompiendo por el mínimo golpe.
Porque te han hecho sentir especial, te han hecho pensar que importabas, y al final todo era una mentira, una ilusión que te habían hecho creer porque para él solo eras un juego. Un objeto. Algo con lo que distraerse para arreglar su corazón.
Un paño de lágrimas.
Como me jode que llevasen razón, que yo creyese en ti en vez de en el resto, que hayas destruido un corazón para arreglar el tuyo.
Así es el ser humano, egoísta por naturaleza.
Lo di todo por ti, lo juro. Nunca desconfíe, nunca te eche la culpa de nada, pero de que ahora esté rota solo hay un culpable, y ese eres tú.
V.
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