Congelado.

Y esta es la historia de la chica que se perdió en los ojos de aquel chico. La historia que no te cuentan, la parte en la que ella no tiene ni idea de lo que esta calando en esos ojos.
Era un miércoles, o quizás un jueves, nadie recuerda el día exacto en el que encuentra a la persona indicada. Ni si quiera reconoce que esa sea la persona.
Una nueva vida esperaba a esa joven que siempre había huido de lo conocido, que siempre había abierto su mente a nuevas experiencias, a nuevas amistades, a nuevas personas... Ella no era consciente de que aquel chico al que había tenido localizado en todo momento durante la reunión iba a ser tan importante para ella.
Nunca le había salido bien eso de caer bien a la gente, siempre había sido bastante introvertida pero cuando la conocían cualquier persona podría decir que era alguien increíble. Durante el principio de su historia ella no sentía la necesidad de llamar la atención, ella solo observaba desde la distancia con la esperanza de que algún día sus miradas se cruzasen.
Un año más tarde, cuando los obstáculos y barreras desaparecieron, se conocieron de verdad, creyeron imposible encontrar a alguien tan semejante al otro en este mundo, pero ahí estaban, uno frente al otro, hablando de aquello que más les inspiraba y les gustaba.
Que se cruzasen la mirada no era algo raro el problema empezó cuando ella sintió más de la cuenta y sus ojos se iluminaban al verle llegar, cuando tuvo que esconderse de todo aquello que la pudiese delatar, porque nunca le habían salido bien las cosas y no iba a arriesgarse.
Pero, ¿qué sabemos de él? Él encontró en ella un apoyo y alguien en quien confiar, pero también se asustó cuando todo se escapaba del control de sus manos; por primera vez no tenía el control de la situación, por primera vez alguien le había calado hasta el fondo.
La distancia puso frío en su relación, helándola y congelándola en el tiempo. Supongo que el miedo y incertidumbre se apoderó de ellos. Pudo con ellos.
El tiempo quedo congelado, se paró para ellos.
V.