Botellín.
Estaba nerviosa, pero no creo que estuviese más de lo que tú estabas. En veinte minutos me venías a buscar para ir a la fiesta de cumpleaños de mi primo, era la primera reunión familiar a la que ibas a asistir...
Allí estarían mis tíos, mis abuelos, todos mis primos. ¡Madre mía que momento! Era la primera vez que iba a presentar a un chico en mi familia. ¿Les caerá bien? ¿Le aceptarán?
Cuando llegamos al local donde se iba a celebrar, nos paramos en la puerta y te pregunté si estabas preparado.
«Si, creo» respondiste con una tímida sonrisa. Te acaricie el pelo y te coloqué el cuello de la chaqueta ; «Todo saldrá bien» te dije agarrando tu mano con fuerza.
Entramos y allí estaban; una treintena de personas y nosotros unidos enlazando nuestros dedos.
Uno por uno te presenté y así hasta que nos sentamos al lado de mis abuelos a picotear unos frutos secos.
Debo admitir que te comportaste amablemente, a mis abuelos te los ganaste solo comentando que me ibas a acercar a casa cuando acabase la fiesta, a mis tíos en cuanto sacaron el tema del fútbol y a mis primos cuando aceptaste cogerles a caballito.
Te marchaste a jugar al futbolín con los amigos de mi familia y mis tíos, no querías por vergüenza pero mi hermano fue el que tiro de ti y se ofreció a ser tu pareja de juego.
Mis tías se acercaron a comentarme que eras muy guapo y educado, que les habías caido bien y que te trajera más veces.
«Ojalá viese esos ojos más veces brillar como cuando le miras» añadió mi abuela mientras yo te miraba observando lo bien que te lo estabas pasando. Nuestras miradas se cruzaron, como cuando nos conocimos, pero esta vez elevaste el botellín de cerveza y yo te imité con el mío.
V.
Comentarios
Publicar un comentario