Una noche de noviembre.
Iba caminando por las calles de Madrid una noche de noviembre. El invierno se acercaba y se notaba. La gente ya iba abrigada y las lluvias eran cada día más propensas, pero ese día no cayó ni una gota; solo hacía un frío de esos de los que lo único que te apetece es estar abrazada a esa persona especial.
No tenía su abrazo pero si su mano. Paseabamos como una pareja en pleno Madrid, temerosos de perdernos entre el barullo de la gente.
Pero entre toda esa gente, le reconocí. No hablo de mi pareja; él estaba agarrado a mi mano. Hablo de esa persona que me arrebato el corazón durante mucho tiempo. Habían pasado cinco años desde que perdimos el contacto, más o menos el mismo tiempo que llevaba con el hombre que tenía a mi lado.
Nuestras miradas se cruzaron entre toda esa gente. Creí que me habías reconocido, que me ibas a parar, que íbamos a retomar el contacto... pero tu también ibas con una mujer a tu lado, abrazado a ella. Ya podría estar el hombre que tenía a mi lado hablándome del tema más interesante que se le pudiese ocurrir que yo no era capaz de apartar mi pensamiento de ti y nuestros recuerdos. Fueron solo unos segundos los que sirvieron para que viniesen a mi cabeza años de recuerdos pero tú eras capaz de todo en mí, y esto no iba a ser una excepción.
Por fin decidiste apartar la mirada e ignorar mi presencia, creo que estuvimos a punto de rozar nuestras manos pero nos controlamos y escondimos nuestras manos como hicimos durante mucho tiempo con nuestros sentimientos.
Eran las 00:13 según el reloj de mi dormitorio cuando el móvil sonó. Lo cogí de la mesilla del dormitorio en el que dormiamos mi pareja y yo y vi un mensaje: Hola.
No me podía creer que me hubieses hablado a esas horas. ¿Te habías acordado de mí en medio de la noche?
Miré hacía mi derecha y vi como él dormía, no dudé en contestarte.
...
No tenía su abrazo pero si su mano. Paseabamos como una pareja en pleno Madrid, temerosos de perdernos entre el barullo de la gente.
Pero entre toda esa gente, le reconocí. No hablo de mi pareja; él estaba agarrado a mi mano. Hablo de esa persona que me arrebato el corazón durante mucho tiempo. Habían pasado cinco años desde que perdimos el contacto, más o menos el mismo tiempo que llevaba con el hombre que tenía a mi lado.
Nuestras miradas se cruzaron entre toda esa gente. Creí que me habías reconocido, que me ibas a parar, que íbamos a retomar el contacto... pero tu también ibas con una mujer a tu lado, abrazado a ella. Ya podría estar el hombre que tenía a mi lado hablándome del tema más interesante que se le pudiese ocurrir que yo no era capaz de apartar mi pensamiento de ti y nuestros recuerdos. Fueron solo unos segundos los que sirvieron para que viniesen a mi cabeza años de recuerdos pero tú eras capaz de todo en mí, y esto no iba a ser una excepción.
Por fin decidiste apartar la mirada e ignorar mi presencia, creo que estuvimos a punto de rozar nuestras manos pero nos controlamos y escondimos nuestras manos como hicimos durante mucho tiempo con nuestros sentimientos.
Eran las 00:13 según el reloj de mi dormitorio cuando el móvil sonó. Lo cogí de la mesilla del dormitorio en el que dormiamos mi pareja y yo y vi un mensaje: Hola.
No me podía creer que me hubieses hablado a esas horas. ¿Te habías acordado de mí en medio de la noche?
Miré hacía mi derecha y vi como él dormía, no dudé en contestarte.
...
Comentarios
Publicar un comentario