Hay días para todo.

Hay días en los que te sientes triste, enfadado, nostálgico, furioso, vulnerable... Hay días para todo.
Un día te despiertas convencido de que el día va a ser increíble, que tu vas a hacer que el día sea increíble. Pero no. Resulta que el día se ha estropeado y tu no tienes la suficiente fuerza de voluntad como para levantarlo hacia arriba. Simplemente la luz que te iluminaba se ha apagado, alguien ha dado al interruptor o tu mismo has decidido pulsar el botón de apagado.
Puede ser que una desgracia haya ocurrido y te haya entristecido, o incluso solamente un gesto ha bastado para que te entristezca.
Otra, que estes nostálgico porque hayas visto a alguien de tu pasado y te haya recordado todo lo superado.
Quizás, enfadado o incluso furioso porque alguien haya tenido un desprecio hacia a ti, alguien de quien no te esperabas ese detalle.
Y vulnerable, cuando se apaga la luz porque te sientes vulnerable tienes un problema porque eso significa que alguien ha sido el culpable de que hayas decidido apagar el interruptor, te sientes indefenso, no crees en ti lo suficiente para superar esas palabras o hechos que te han mostrado aquellas personas que dicen quererte.
Simplemente, hay días para todo.
V.

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