¿Y nosotros?

Esa noche la recuerdo demasiado bien. Me debía haber emborrachado mucho más.
Estábamos mi amiga y yo en la cola para entrar a una de las discotecas más famosas de Madrid. Uno de los requisitos, además de pagar 20 euros por la entrada con una consumición, era que teníamos que ir muy arregladas vestidas. Ella iba con un vestido corto de media manga lleno de encaje y yo llevaba unos pitillos negros con una blusa de ese color y una chaqueta roja. A ninguna nos faltaban los tacones.
Quedaban cinco minutos para que abriesen cuando un grupo de chicos se acercó a nosotras. Al principio no reconocí a ninguno pero cuando os acercasteis os reconocí. Entre ellos estaban dos amigos míos desde hace años y no dudaron en acoplarse a nosotras. Toda la noche fluyo. Bailábamos, cantábamos, reíamos. Nos estábamos divirtiendo. Pero tuvo que aparecer mi exnovio. Hacía poco que habíamos vuelto a vernos pero no salió bien y eso solo provocó que yo me deprimiese. Se tuvo que acercar y saludarme, estuvo intentando ligar conmigo toda la noche. Primero agarrándome de la cintura, luego rodeándome con su brazo, después besándome en el cuello. Hasta que caí. Caí al vacío dentro de sus ojos. Nos miramos y ahí nos besamos. Delante de todo mi grupo.
Cuando nos separamos miré disimuladamente hacia mi amiga y el resto y no te localice. Solo a tu amigo y al resto de vuestro grupo.
Me despegue del chico y fui rápidamente a hablar con mi amigo.
-¿Dónde esta?
-Se ha ido fuera.
-¿A qué? Si no fuma.
-Ni idea. Se que estaba enfadado.
Suspiré. Me puse rápidamente la chaqueta y salí a buscarle sola. Quería hablar con él.
No te encontré entre todas las personas fumando. Salí del cerco que había para los fumadores y te vi andando a lo lejos. Corrí hacia ti y te chillé para que te parases sin respuesta tuya.
Al fin me coloqué en frente tuya y vi en ti un rostro lleno de furia, de rabia. Es verdad que estabas enfadado. No me mirabas a la cara y eso a mí me molesto.
-¿Qué pasa?
-No quiero hablar ahora. Mañana nos vemos.
Continuó andando dejándome a un lado.
-¿Qué te pasa conmigo?
- No quiero responderte ahora a esto.
- Contestame.
Le agarré del brazo para que no pudiese escapar otra vez.
-¿Por qué te has tenido que besar con ese chico? Es tu exnovio.
-No se... No se porque lo he hecho. Para mí él es como una droga. No puedo dejarla. Recaigo.
-Bien.
Y continuaste andando riendo de forma irónica.
-¿Qué te importa?- te chillé.
Te giraste hacía mí. Me clavaste tu mirada en mis ojos. Los tenías vidriosos.
-Porque me gustas. Mucho. Me gustas mucho y desde hace mucho.
Tu respuesta me dejó bloqueada. No sabía que decirte. Tú siempre me pareciste atractivo y cuando te conocí supe que eras un buen chico. Pero de esta forma decirme lo que sentías...
Nos mantuvimos en silencio. Sin apartar la mirada. Con la respiración acelerada. Muy cerca. Casi rozandonos.
Abrí la boca decidida a contestarte cuando tú me besaste.
Todo se nos fue de las manos.
Me llevaste a una zona más retirada. Nos besamos. Nos abrazamos. Nos quisimos...
Tuve que parar yo. Tuve que parar con todo aquello. Todo había sido demasiado precipitado. Demasiado improvisado...
Han pasado dos días de aquello y no hemos vuelto hablar.
¿Qué hago yo ahora? ¿Qué va a pasar con nosotros?
V.

Comentarios

Entradas populares