El espejo.

Una chica se mira al espejo. Una chica que llora frente al espejo. Una chica que rompe el espejo de un puñetazo. Una chica que sangra por los nudillos. Una chica que sigue golpeándolo pese al dolor.

Ese dolor es inigualable a lo que siente por dentro. Esta destruida por debajo de esa piel, de los órganos, de los músculos. Esta destruida por dentro. Esta perdida. Solo quiere llorar, quiere desahogarse, quiere dejar de sufrir por todo lo que la esta sucediendo. Y es que en todos los aspectos de su vida le esta yendo mal.

En su casa todo son discusiones, todo son problemas, nadie la escucha, nadie la entiende, nadie la presta atención.

En sus estudios todo cuesta, no consigue llegar a lo necesario. Esta harta de obtener fracasos. Y de qué los pocos logros que consigue no sean reconocidos.

En el trabajo todo es estrés. El dinero que gana va destinado a esa casa que no la escucha y a esos estudios a los que no llega.

En la amistad no sabe quién es su amigo de verdad. Confía en una persona. El resto no sabe si darían por ella su vida. Si. Es mucho pedir. Pero es que ella lo haría por ellos.

En el amor nada mejora. Ella se enamora de quien no debe. Y nadie se enamora de ella. Sola. Ella se siente sola.

Nada bien.

Vive acomplejada. Con ella. Con su cuerpo. Cada día se ve peor en ese espejo ahora hecho añicos. Como su alma.

Ha hecho cosas que nadie debería hacer. Desde autolesionarse a dejar de comer. Esta mal.

A esa chica nadie la presto atención cuando la hacía falta. Esa chica no ha recibido el apoyo necesario para superar cada pequeño bache. Ella no esta bien. Y ahora es cuando ha caído esa fachada. Esa máscara que usaba para ocultar todo esto. El espejo se ha roto y con él, ella.

Ella esta rota.

V.